24 mayo 2009

Psicoballet




En el año 1.968, una afamada coreógrafa y bailarina española de la Opera de París, tuvo una hija que, por problemas en el parto, nación con anoxia cerebral. Frente a las negativas médicas y las pocas esperanzas de vida, ella cerró sus ojos y le hizo frente a la vida: subió a su hija en un escenario y, utilizando su experiencia en la danza, la educó desde la disciplina, el sacrificio y la voluntad, de la misma manera que lo había hecho anteriormente con sus alumnos considerad@s normales.
Así, encontró en el Arte una vía para el desarrollo de sus sentidos y un medio de aprendizaje, rompiendo los límites que hasta entonces le habían sido impuestos por la discapacidad de su hija y llegando, años más tarde, a crear el Psicoballet junto con un reducido grupo de profesionales.

Hoy, el Psicoballet es una fundación que conecta a personas con diferentes discapacidades con el arte, dando como resultado una compañía de danza que presenta una puesta en escena transgresora, innovadora y de gran belleza estética.

Dirección: Gonzalo Madrid
Guión: Daniela Hamra y Gonzalo Madrid
Dirección de Fotografía: David Andres
Producción Ejecutiva: Marcelo J.Gak y Lara Ferrer.
Musicas Originales: Juan Pablo Muñoz y Ramón Leal

23 mayo 2009

Ezezagunok en el Antzoki Zaharra





Ezezagunok (L@s desconocid@s) es un grupo de teatro formado en su gran mayoría por actores/actrices con discapacidad intelectual. En su palmares cuentan con dos obras de teatro, “El secreto de las cosas” y “La tía Juana”. Como es mucho el camino por recorrer hacía la integración ya tienen preparada la tercera,”Erase una vez en agosto” de José Blanco.

En el Antzoki Zaharra interpretaron dentro de la Muestra de Teatro Escolar “La tía Juana”, tragicomedia de Enrique Sainz Rojas. Llegaron al teatro sobre las 12:00 horas, para ir aclimatándose, conociéndolo y conociéndonos. En Mikel Fiz se perciben rasgos moderados de down que no le impiden ser un chico de su tiempo, él tiene un pendiente en la oreja y la marcha en el cuerpo. Bailoteo por todos los rincones del escenario, no para ni un momento de animar a los demás. Antes de que se preparen para los ensayos, vamos hablando. Rafa y Aritz me cuentan que hacen de guardia civiles y que a veces se lían al colocarse el tricornio, ¡es que menudo sombrerito! Rafa me dice que estuvieron en Vitoria con ésta misma obra, y que durante el ensayo, cuando tenían que salir a escena a bailar, se encontró de repente sin pareja. A Haritz le entró una necesidad de esas perentorias, personales, intransferible, irreprimible, y se ausentó sin que nadie lo notara. ¿Alguien sabe dónde está Aritz? Si. Yo lo he visto. Está en el water. Aritz se ríe y me dice que hoy eso no le va a pasar.

Empiezo a hacer fotos y siento que alguien llama en mi espalda.
- Hola. Yo me llamo Naiara. ¿Me das un beso?
Resulta imposible decirle que no. Y avanzando la mejilla, la misma petición, así durante varias veces. Es que Naiara vive en un universo de ternura extraño, olvidado para nosotros.

Jon, es tal vez, el que más abstraído se encuentra en su mundo particular. A voces, casi imperceptibles, mientras se mueven por el escenario, él inicia a brincos una cuenta de números que interrumpe para señalar en el aire sucesos invisibles para los demás.

Después de acabar los ensayos, ya por la tarde, antes de la función, una vuelta por lo viejo para tomar un poco el aire y estirar las piernas. A su regreso frente a la puerta de entrada al teatro, aparecen dos fans. Firma de autógrafos y posado a mogollón.
- ¡Oye! Tu mismo. ¿Ya nos harás una foto con tus compañeros?
¿Por qué no? Esto no será tan difícil- se pregunta Mikel Garmendia-.
Pero Mikel no se da cuenta de que está enfocando el objetivo hacía su cara. El griterío es unánime. ¡Así no! A lo cual responde Mikel –quitándole importancia- Si ya, pero yo también tendré que salir ¿no?

La representación va a comenzar. Apenas se les notan los nervios. Eso si, tienen casi una única preocupación, oye… ¿ha venido gente?

Ya metidos en faena, hay dos escenas dónde se les ve disfrutar. La de bailando bajo la lluvia, cuando despliegan los paraguas haciéndolos girar y en la manifestación contra la sopa. Pancarta en ristre y a vociferar, tiene que parecer de verdad ¡eeh!
¡No! ¡No nos gusta la sopa! ¡No a la sopa! La mani ha sido un éxito. Aunque de vuelta a casa para cenar les espera más sopa. Y es que ya se sabe, nada que hacer con una madre en plan patronal.

La función transcurre según lo ensayado, se están portando como artistas. Ahora viene el baile de la pareja de la guardia civil. Antes dejan las escopetas en el suelo, pero Aritz ha dejado al tun tun la suya y Rafa, que sabe de sus dificultades de movilidad, interrumpe el baile para retirar a su sitio el arma entorpecedora. ¡Ahora si! ¡Bailemos! Uff, nos miramos aliviados.

Mikel Garmendia que hace de rufián rico del pueblo, se resiste a la guardia civil más de lo acordado, así que Rafa comienza a mosquearse y termina exclamando a gritos -¡te quieres dejar detener ya! Es que Mikel le pone mucho entusiasmo, durante el forcejeo se le cayó la pistola y se escachó contra el suelo. Menudo disgusto tenía, un mafioso indefenso.

La obra remata con un video en el que se nos muestran los avatares de Ezezagunok Antzerki Elkartea, y con apoteosis final, cantando el aleluya. Entonemos todos el aleluya, porque al fin caminamos, hacía un teatro menos excluyente y un poquito más integrador.

Se intuye que ésta obra de teatro se ha ido haciendo con trozos de paciencia y perseverancia, pero también con un cierto grado de disciplina, de manera distendida, y cariño.

Mª A. Fernández, Mikel Fiz, Aritz García, Aritz Hernández, Mikel Garmendia, Miguel Kubat, Rafa Benítez, Naiara Oronoz, Maritere Anduaga, Pablo Altuna, Nekane Iturria, Jon Ibáñez y Anttón Anduaga se esfuerzan por ser aceptados con normalidad, por dejar de ser desconocidos y darse a conocer ante un mundo que les ignora. Ellos con su naturalidad, espontaneidad y trabajo, han decidido ir abriendo brechas de esperanza, y esperan encontrarnos a nosotros receptivos, siempre ahí.

El teatro les aporta mucho, ejercitan la memoria y retentiva, desarrollan la capacidad de atención, les ayuda a coordinar movimientos y a adquirir soltura en otros entornos, mejoran la vocalización y se relacionan fuera de su círculo de influencia.

Ha sido un gustazo tenerlos en el Antzoki Zaharra y esperamos volver a verlos con su nueva obra. A Miren, Ana, Luisma y Hugo va dedicado mi agradecimiento por haberlo hecho posible, por dedicar su tiempo en tan duro reto, por mantener la ilusión. Mi aplauso y felicitación, porque ellos pese a las dificultades y los momentos de bajón, no cejan en su empeño de ir construyendo paso a paso un mundo mejor.

19 mayo 2009

Clown, fantasía...


Regresa a Madrid al Teatro Nuevo Apolo el espectáculo SLAVAS SNOWSHOW, desde el día 6 hasta el 18 de octubre (día 13 no hay función). El precio por soñar es de 25 a 45 euros. En el vídeo se muestra un adelanto de lo que podrás ver.


Teatro a precio de pincho y zurito


Hoy podemos asistir a una representación de teatro de primer orden por el precio de 3 euros. Y ni con esas. Sinceramente, es para preocuparse. ¿Se promocionan mal los espectáculos? ¿Se promocionan? ¿Se llega hasta el público? O es que el habitante de esta ciudad no se apea del carrusel. Igual que las peonzas, dando vueltas hacía ningún sitio, y para cuando se deciden a hacerlo, emprenden el trote hacía la taberna o la heladería.

La oferta de ocupación del ocio esta muy diversificada pero los habitantes de la ciudad del marco inigualable ¿escogen cultivar la panza y dejar pudrir su espíritu?

La gente pasa anodinamente en procesión por delante de la fachada del teatro, parece que en el no hubiera nada atrayente. Como los derviches en un sama interminable, vueltas y más vueltas, sin ni siquiera mirar la cartelera. Empiezo a pensar que no vendrían ni gratis. Mucho tenemos que estar equivocándonos para que los jóvenes no quieran entrar al teatro ¡ni tan sólo por 3 euros! Nos queda un arduo trabajo de divulgación en escuelas, institutos y universidades que deberá prolongarse durante años, si se quiere renovar o captar nuevos públicos.

¿Qué función deben cumplir los centros culturales con recinto de artes escénicas? ¿Qué se está haciendo para promover la afición por el teatro? ¿Acaso no se han modificado las conductas sociales y por tanto también las culturales? Si esto es cierto. ¿No le corresponde al teatro adaptarse a un nuevo rumbo? Son de agradecer iniciativas como el programa eskolatik antzerkira. Ahora sólo resta consolidarlo, darle continuidad.

Y si el público no viene al teatro, pues organicemos expediciones que se adentren donde se esconde el gentío, ¡las tabernas! Bien por mantenerlo, y ya van por la XVIII edición del Festival de Teatro de Bolsillo.

Se necesita reflexionar, aportar soluciones comunes, útiles, a los problemas que afectan a nuestros teatros. Ahora más que nunca debemos estar a la altura de las circunstancias y comenzar a erradicar fórmulas rancias, abandonar comportamientos de mera fotogenia y abordar la reconsideración de actitudes más plurales, progresistas, libres e independientes.
TENER LA OSADIA NO SÓLO PARA ABRIR SINO TAMBIÉN PARA CERRAR CICLOS.

17 mayo 2009

La lluvia amarilla


Si ya la novela de Julio Llamazares era excelente, la obra teatral no se queda a la zaga. El drama de la despoblación rural mostrado de un modo que logra cercenarnos la yugular. En Ainielle un pueblecito del pirineo aragonés, aguarda a la muerte su último habitante. Este lugareño nos ira narrando las vidas de otros habitantes ya desaparecidos del pueblo, que lo fueron abandonando o murieron en el, y nos encontraremos ante los desvaríos de su mente causada por la soledad.

La escenografía simbólica, adecuada, descriptiva, junto con una estupenda luz, consigue un ambiente lúgubre, mohoso, austero. Música envolvente, no enlatada, de cuencos y campanas tibetanas, y el maravilloso sonido de un instrumento hindú, el shruti. La retroproyección de imágenes a través de una puerta derruida donde van llamando los recuerdos y se suceden las estaciones. No se nos escamotea nada, todo son sensaciones para los sentidos. El entarimado cruje al caminar, el agua salpicando el barreño y arropado por el fuego, el puchero bulle humeante, oloroso, e impregna la sala del teatro. Todo es, lo más parecido a la vida. En algún momento, una lluvia amarilla de hojas otoñales tiñe el paso del tiempo y oculta la memoria. ¿El texto? Desgarrador.

Dos días de función. El primero, 172 personas. El segundo, apenas 40. Sobre un aforo de 500 localidades. ¿Qué debemos hacer para ser capital de algo?
Los que estábamos dentro del teatro, no nos sentíamos raros. Si diferentes. Está claro que la gente escoge lo insustancial, las banalidades y aborrecen pensar.

Un apunte técnico:
Es la primera vez que veo focos rasantes en la corbata, a la vista “delante” de los morros del espectador, que pasan desapercibidos. ¿Y cómo se logra esto? Pues, creando ambientaciones tenues, que el resto de la iluminación no delate su presencia. ¿A que parece sencillo? Y ¿por qué casi nadie lo hace?

15 mayo 2009

Sigo preguntándome


En Julio se cumplirán dos años desde que dejé a un lado los sentimientos de tramoyista, las emociones del lucero. Ya no me satisfacen. Y sin embargo cuestiones personales me empujan a continuar en ello. De modo que, aunque con más sosiego, sigo debatiéndome con mis contradicciones. Hoy me apabullan multitud de preguntas. Y ya no me importa encontrar las respuestas, porque sé que resultará una pugna estéril. ¿Quién cree en las convicciones intocables?

Ahí van unas cuantas. Las que rondan continuamente en mi cabeza.
¿La esencia del teatro no es dar vida al pensamiento escrito? ¿El teatro con luz explora en nosotros? ¿Sin ella rapta nuestra fantasía? ¿La fantasía no carcome la imaginación? ¿La imaginación nos lanza hacía la indagación? ¿Entonces sin luz no existiría el teatro? Acaso ¿la oscuridad nos convierte en sordos? ¿El teatro que se vale de las artimañas de la luz para resolver carencias nos deslumbra hasta el punto de la ceguera? ¿El teatro rellena vacíos? ¿Nos descubre a nosotros mismos? ¿El teatro da cobijo a la libertad? ¿El teatro acude al rescate de la libertad? pero, ¿por momentos, no la estrangula? ¿El teatro no es una prisión de la realidad?



Una batería de preguntas prosaicas.
¿La tecnología mejora la transmisión del mensaje teatral? ¿La dependencia tecnológica cercena contenidos? ¿Sin computadoras el teatro es historia, desaparecerá? ¿El recuerdo de la historia ha permitido la evolución teatral? ¿Un iluminador “mosqueado” con los ordenadores, no sabe de luces? ¿Son el Capture o el wisiwyng las herramientas de los dioses? ¿El dmx en el teatro del medioevo se consideraría brujería? ¿Y en el siglo XXV, les parecerá un juguete artesanal de niños? ¿En el futuro los técnicos serán prescindibles? ¿El teatro sin máquinas puede conmover, hacernos sentir? Si la luz es un lenguaje ¿por qué el público no lo entiende?

Me voy a dar un paseo para evitar más preguntas, aún sabiendo que seguirán ahí atosigándome. Entonces entraré en cualquiera de los teatros abiertos de mi ciudad, sólo para no pensar.

14 mayo 2009

Ballet de Wiesbaden



  • Danza:(BLANCO COMO LA LUNA, VISIÓN Y FANTASÍA)
  • Fechas: 22-23 mayo
  • Duración: 2 horas y 30 mínutos
  • Lugar: Teatro Victoria Eugenia- Donostia
  • Hora: 20:00
  • Precios: 30-22-16 euros


Después de subirse a distintos escenarios de Euskadi (enero.Estreno estatal en el teatro Arriaga)(14-mayo Teatro Principal-Vitoria), el Teatro Victoria Eugenia-Donostia acoge ahora en su remozado escenario, al Ballet del teatro Nacional de Wiesbaden. La llegada de Stephan Thoss tomando el relevo del belga Ben Van Cauwenbergh, ha supuesto un cambio de rumbo del repertorio clásico tradicional del Ballet de Wiesbaden hacía la danza moderna, expresionista, aunque todabía se apoya en rasgos clásicos. Para el ballet de Hessen comienza una nueva étapa, donde ya no se anda de puntas y se alcanforan los tutús.




PROGRAMA

I. parte: "MUSIKALISCHES OPFER " (OFRENDA MUSICAL)
Música: diversas composiciones de J.S. Bach
Coreografía: Stephan Thoss

II. parte : "VISIONES FUGITIVAS"
Música: Sergej Prokofjew
Coreografía: Stephan Thoss

III. parte: “NO CHA-CHA-CHA“
Musica: Enrique Jorrin, Ernesto Leccona, Ruben Gonzalez, Cuccaro / D'Aniello / Noli, J.S. Bach, Arvo Pärt, Laurent Petitgand.
Coreografía: Stephan Thoss

Teatro para peques


    • Espectáculo de títeres. (BASERRIKO SALTZA)
    • Público infantil, de 3 a 8 años.
    • Idioma: Euskaraz
    • Días: 19-20-21 mayo
    • Horario: 9:30 y 11:00
    • Lugar: Antzoki Zaharra
    • Entrada: Sólo pases escolares
    En una Granja donde conviven diversos animales desaparece un huevo de la señora gallina. Fruto de esto empieza un gran lío y surgen desconfianzas entre los habitantes de la granja. Todas las miradas se dirigen hacia el Cuervo, el recién llegado desde el extranjero. Piñote y Calabacín son los protagonistas que se convierten en espectadores excepcionales, y comprenderán que los recelos entre los habitantes de la granja no son tan lejanos. Esta obra tiene el asesoramiento de profesionales del sector de la educación (maestros y pedagogos). Tiene en cuenta el proyecto curricular de educación infantil y primaria, y quiere tratar temas como la tolerancia, la inmigración, el racismo,… de una manera explícita, a partir de unos personajes conocidos y no extraños para los niños como son los animales y a partir de un medio más cercano y cada vez más desconocido como es una granja.Una sátira en forma de fabula de los conflictos actuales de nuestra sociedad contados de una manera sencilla, reflexiva y con muy buen humor.


    Ejercicios pedagógicos

    13 mayo 2009

    Muestra de Teatro Joven


    La Muestra de Teatro Joven de Donostia levanta el telón en su XXI edición. Hasta el 27 de junio podrán verse en Gastescena, Lugariz y Antzoki Zaharra a 32 grupos de centros escolares, escuelas de teatro, grupos independientes y teatro universitario. Con varios objetivos, impulsar el idioma, estimular la creatividad y el trabajo en equipo. O como diría Lorca, "el teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Y al hacerse, habla y grita, llora y se desespera."




    Programa de Mano.

    03 mayo 2009

    Hagamos algo más por el teatro



    Hemos de presuponer que sobre los teatros de titularidad pública recaen compromisos culturales ineludibles, debido a que las artes escénicas en ésta ciudad se afianzan en un régimen de monopolio público, que ha desplazado a la iniciativa privada hasta el ostracismo.

    Si creemos que las artes escénicas son un bien cultural, de interés social, pedagógico, se comprenderán mejor las palabras de Lorca; El teatro es una escuela de llanto y de risa, que forma a los pueblos”. Aunque el panorama contractual no sea comparable al de la generación del 27, convendría dedicar especial interés a la danza y el teatro, acercándolos a los escolares. Rescatar antiguas campañas, revitalizarlas y afianzarlas a través de la implicación explicita de empresas con inquietudes sociales, además de favorecer la cooperación interinstitucional.

    La organización de visitas guiadas para mostrar el edificio teatral mantenidas con cierta asiduidad, propiciar la asistencia a ensayos generales, foros de dialogo o charlas divulgativas, complementarían las actuaciones para dar a conocer aspectos de las artes escénicas ignorados. ¿Y por qué no? Mostrar, enseñar de forma didáctica y amena la arquitectura teatral, la maquinaria, el alumbrado, las tripas del teatro, difundir la historia, divulgar las costumbres y anécdotas…Todo ello contribuiría al aperturismo de determinados espacios teatrales, y a cambiar la percepción de reductos herméticos, distantes, ajenos, de mausoleos de diversión rancia.

    Si un ciudadano nunca ha estado en el interior del teatro de su ciudad, preocupémonos, algo no hemos hecho bien. Cuando ese mismo ciudadano, observa que el teatro no es un monumento inanimado, que dentro de el se cobijan las risas, las lágrimas, el pensamiento, la poesía o la libertad, que se desparrama la vida, entonces, aún nos queda un hálito de esperanza.

    Hagamos algo más para que el teatro forme parte de sus vidas, para que la gente deje de mirarlo como quien mira un esplendido coche pero, sabe que no podrá subirse nunca en el.

    02 mayo 2009

    Que chachi, ¿trabajas en el teatro?


    Puede que el mejor tramoyista sea el que más vocifera, el que se hace notar, el de presencia inmisericorde, el del don de la ubicuidad, el socarrón o el del vacile sin tregua, incluso, el que establece lazos de confraternidad, la mayoria de las veces con el auspicio del alcohol o del humo de la hierba. ¿Por qué no? Puede.

    Aunque los mejores técnicos de teatro que he conocido, desempeñan su oficio de un modo casi invisible, entre los arlequines o en la penumbra del telar, con una encomiable dosis de humildad, rehusando salir de la oscuridad al escenario a recibir el agasajo. Pero comienza a aparecer un prototipo de técnico que no acepta pasar desapercibido, que está convencido que el desarrollo de su labor técnica es semejante al papel del dramaturgo, coreógrafo, actor, actriz, bailarín, bailarina...y lo reivindican. Sin embargo, ¿hay alguien que acuda al teatro a ver el color de las luces, su claroscuro, o la implantación de la escenografía? ¿Alguien compra su entrada, porque en el cartel figura que la iluminación es de...Juan, Miguel Ángel o Nicolás? La luz, la escenografía, el vestuario, la ulitería, son el pegamento adherido, el engrudo necesario y en ocasiones prescindible, para involucrarnos con el engaño que se nos va a contar.

    He visto técnicos pretenciosos, noveles y revenidos apabullando con su egolatría, que en una exhibición de petulancia, impartían cátedra (la temeridad del ignorante), pero sólo lo hacían públicamente, delante de los demás, a personas versadas que tienen por costumbre la modestia. Estos tipos, tienen la habilidad de aparentar estar muy ocupados, continuamente desbordados de trabajo. Hasta las tareas más intrascendentes las envuelven en una aureola de dificultad e importancia. Ensalzan la nimiedad. ¡Cuánto gilipollas y la pistola encasquillada!

    He tenido jefes que han considerado a los tramoyistas, exclusivamente como recursos (afortunadamente humanos), que había que manejar, ni técnicas de coaching ni hostias. No más mercancía pensante, insumisa. Mejor formar tribus de conveniencia, donde el valor exigible preponderante lo constituya la predisposición al acatamiento o una actitud voluntariosa, casi reverencial.

    Si llega un día en que el trabajo se convierte en trabajo, e invade tu vida personal, entonces te encuentras ante una patología, pero no te preocupes, se cura. Yo lo resolví bastante bien con un cambio de actitud, aniquilando la implicación y el entusiasmo.
    Y apesar de este submundo inadvertido, que bonito resulta a ratos el teatro.

    01 mayo 2009

    Una vuelta por el teatro



    Existen unos pocos tramoyistas rumbo a la desaparición, que mantienen una singular disputa con el modernismo. Son los tradicionalistas que profesan la doctrina pragmática, los guardianes de la memoria de sus predecesores, los cascarrabias del testimonio ingrato que conforman, un núcleo de resistencia en enriquecedora convivencia con otras gentes. Gentes que han convertido la tecnología en paradigma de perfección, en dogma venerable, espoleados por gestores visionarios de estrategias organizacionales desvertebradoras, por gurús que han transvertido el teatro en parque de atracciones.
    Y es que dedicar el edificio teatral para las actividades que le son propias, por desorientación o influencias externas, parece verse como un sentimentalismo.

    Como dije al comienzo, subsiste un espécimen de tramoyista cuya conducta está sometida a disección. No es menos cierto, que éstas rarezas permanecen aletargadas entre cajas, en retiro resignado, arrinconados por los telares, viviendo en el recuerdo. Pero no nos equivoquemos, esos tramoyistas que hoy son tratados como peones, creen en el progreso cuando va acompañado de evolución. El crujir de sus huesos lo atestiguan.

    Los tramoyistas que conozco, aprendieron de sus antecesores, técnicas y maneras de trabajo eficiente, sostenible, mesuradas, a aplicar criterios de practicidad y conservar la funcionalidad legada. Les enseñaron que la innovación no es inventar porque sí cosas nuevas, sino ver las que existen de una forma diferente y a mimarlas.

    Hoy que se escucha tanto parloteo a cerca de la innovación, de optimizar los recursos, de adaptación a las situaciones cambiantes, me acuerdo de Tolstoi; “Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie quiere cambiarse así mismo.”